Grifaldo Toledo, Jorge

lunes, 6 de mayo de 2013

Experimento 5: INSECTÓFAGOS (Una mirada a mi realidad)


UNA ACLARACIÓN PREVIA: Hace 2 meses publiqué en este blog la entrada "Pedernal" y una lectora me preguntó si había continuación... Como le dije, "Pedernal" está basado en una experiencia de mi vida y no hay continuación... o por lo menos al uso... ya que lo más parecido a una continuación sería este texto, escrito varios años antes, en el 2006, al hilo de terminar mi relación profesional en esa empresa... Como podréis ver es un texto en el que las personas se transmutan en cosas o animales que evocan podredumbre o parasitismo... fue la única forma que tuvimos de escapar a esa situación: transmutando la realidad y convirtiendo a nuestros acosadores en deshechos... y cuando ya se avecinaba el derrumbe del departamento, yo confieso que disfruté un montón sentada en mi sillón, al otro lado del cristal, viéndolo todo...





La mantis unge a la larva con un manto de cieno que se adhiere a sus estrías dejando un reguero cadavérico de limo maloliente.

La larva reboza su bulboso cuerpo en el fango succionando ávidamente los jugos fecales que formarán su crisálida. Ahíta de excrementos, regurgita un gutural rugido de triunfo que marca el comienzo de la orgía.


La garrapata extiende sus dedos y se cuelga de las tetas de la liendre.

La liendre gorjea y trina un achuchón como respuesta, mientras la pústula se relame por ser la siguiente en recibir el apretón de dedos, o el achuchón de brazos... no importa qué con tal de recibir y recibir, y engordar así su vientre insatisfecho.

El gorgojo mayor se acerca a la pústula y con dedos expertos la masajea hasta conseguir una nueva erupción de néctar purulento con que alimentar a su retoño.

Mientras tanto, la tarántula contempla regocijada todo este festín, esperando con ansia que alguno de sus compañeros se acerque a su cubil y se ponga al alcance de sus rezumantes fauces.



Y yo, desde mi sillón, al otro lado del cristal, observo este paroxismo de vida y medito sobre cuándo tapar el respiradero.


Fotografía de Hugo Ramos























Publicado en el nº 11 de la revista "Otras palabras"


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía, me encanta como está escrito...me ha encantado esa comparativa con tu trabajo extinto. Casi me gustaría apropiarme la entrada porque refleja también una etapa de mi vida en un trabajo del que no me quiero ni acordar...
Pero me dejas alucinada Carmen, con lo requete bien que escribes y transmites sentimientos.

Dothy Lilja C.

Carmen Herrero dijo...

Muchas gracias... puedes apropiarte de lo que quieras... aunque esta vez no me alegro de que refleje una etapa de tu vida... lo siento... pero si te sirve para limpiar fantasmas, adelante.

Besos